POEMAS DE JOAQUÍN PASOS



Joaquín Pasos Arguello, nació el 14 de mayo de 1914 en Granada, Nicaragua y falleció en Managua el 20 de enero de 1947. Poeta, dramaturgo y ensayista.


Pequeño canto para bien parir

Como la Virgen del Carmen
vas a parir,
en una cama de nardos.
En medio de la montaña
vas a parir
mañana por la mañana.
Cuando el sol está naciendo
el cielo está carmesí,
estás teñida de sangre,
vas a parir.
Nardos teñidos de sangre,
vas a parir,
sangre teñida de nardos.
Como la Virgen del Carmen
vas a parir,
un muchachito moreno.
Alrededor de tu cama
baila todo Nindirí,
en tu vientre baila el niño
vas a parir.
En una cama de nardos
vas a parir. 

Como la Virgen del Carmen. 


OOOOOOOOOOOOOOOOOOO


Poema a pie

Qué actitud, qué gallarda pose original se puede tomar
ante la proximidad de este poema?
Te lo pregunto a ti, oh hábil diseñadora de nuevas
sonrisas!, la única
que puede ofrecerme en un plan de cinco munutos la más
conveniente arquitectura de mi genio actual
Decían los maestros chinos de la dulce poesía
que el poeta quedaba enfermo y ojeroso después del
(trance amargo;
pero yo te suplico, bondadosa musilla de ojos ingenuos,
que no hagas que mi miel sea elaborada a costa de mi
(sangre,
porque mucha sangre se ha desperdiciado últimamente y
(andan
escasos de leche los pechos de las madres.
Un poema que sale a pie, y como está inédito, yo le digo:
Hasta que te vea te creo,
pretendo primero, sacudirme de encima estas alas de ángel
que me agobian,
a ver si botando toda esa pluma quedo con la ternura
virginal del pollo
o siquiera con algo de ese equilibrio inestable de lo que
(da risa,
tan lleno de emoción y de lágrimas como el cristal que ya
(va a caer
y no cae, pero que sabe que ya va a caer. 



OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO


Cuatro 

Cerrando estoy mi cuerpo con las cuatro paredes,
en las cuatro ventanas que tu cuerpo me abrió.
Estoy quedando solo con mis cuatro silencios:
el tuyo, el mío, el del aire, el de Dios.

Voy bajando tranquilo por mis cuatro escaleras,
voy bajando por dentro, muy adentro de yo,
Donde están cuatro veces cuatro campos muy grandes.
por dentro, muy adentro, ¡qué ancho soy!

Y qué pequeña que eres con tus cuatro reales,
con tus cuatro vestidos hechos en Nueva York.
Vas quedando desnuda y pobre ante mis ojos;
cuatro veces te quise: cuatro veces ya no.

Estoy cerrando mi alma, ya no me asomo a verte,
ya no te veo el aire que te diera mi amor;
voy bajando tranquilo con mis cuatro cariños:
el coro, el mío, el del aire, el de Dios.


OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Poema inmenso

 
En estas tardes tu perfil no tiene línea precisa
pues no hay un límite en tu gesto para el principio de
tu sonrisa
pero de repente está en tu boca y no se sabe cómo se filtra
y cuando se va nunca se puede decir si está allí todavía
lo mismo que tu palabra de la cual jamás oímos la primera
sílaba
y nunca terminamos de escuchar lo que decías
porque estás tan cercana en esta lejanía
que es inútil preguntar cuándo vino tu venida
pues entonces nos parece que has estado aquí toda la vida
con esa voz eterna, con esa mirada continua,
con ese contorno inmarcable de tu mejilla,
sin que podamos decir aquí comienza el aire y aquí la carne
viva,
sin conocer aún dónde fuiste verdad y no fuiste mentira,
ni cuándo principiaste a vivir en estas líneas,
detrás de la luz de estas tardes perdidas,
detrás de estos versos a los cuales estás tan unida,
que en ellos tu perfume no se sabe ni dónde comienza ni
dónde termina. 


OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO


Tormenta


Nuestro viento furioso grita a través de palmas gigantes
sordos bramidos bajan del cielo incendiados con lenguas de
            leopardos
nuestro viento furioso cae de lo alto.
 
El golpe de su cuerpo sacude las raíces de los grandes
            árboles
salen del suelo los escarabajos
las serpientes machos.
 
Nuestro viento furioso sigue su camino mojado
es el jugo oscuro de la tarde que beben los toros salvajes
es el castigador del campo.
 
Los hombres oyen en silencio los gemidos del aire
con el alma quebrada, el cuerpo en alto
los pies y la cara de barro.
 
Las indias jóvenes salen al patio, rompen sus camisas
ofrecen al viento sus senos desnudos, que él se encarga de
            afilar como volcanes. 
 
 
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
 
 
Los indios ciegos
 

Abramos un camino en el aire,
para mirarnos,
busquemos un rincón en el aire
para acostarnos.
 
 
Sin luz en el cuerpo
sólo con fuego.
Este color de sombra tiene tu cara.
Este color de sombra es la sombra de tu alma.
Abramos un camino en el aire
con tu brazo.
Si no te ven mis ojos, que te vea
mi carne. 
 
 
¡Ah! No tenemos luz en el cuerpo
Tenemos fuego.

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