POEMAS DE DIONISIO RIDRUEJO


Dionisio Ridruejo Jiménez,  nació el 12 de octubre de 1912 en Burgo de Osma, Soria y falleció el 29 de junio de 1975 en Madrid. Escritor y político, considerado un maestro en el soneto para el que tenía mucha facilidad.


Ya solo en mi corazón


Ya solo en mi corazón
desiertamente he quedado;
el alma es como una nieve
extendida sobre el campo,
la tierra desaparece,
el cielo niega el espacio,
las cosas que me rodean
rechazan la luz del hábito.



¿De qué me sirven los ojos?
¿De qué el aroma sin rastro?
¿De qué la voz sin el nombre
que se despoja del labio?
El tiempo de mi esperanza
es como tiempo pasado.
Ya solo en mi corazón
desiertamente he quedado.


OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

El Burgo de Osma

Como la nieve fluye y va sonora
de haber sido silencio, así mi olvido
de las cumbres del ser en que ha dormido
baja al tiempo natal y fluye ahora. 



Ya es celeste el hollín en la herrería
y el chirriar de la rueda con estopa
del cordelero y riza la garlopa
una miel inmortal de todavía. 



Vuelve la yunta de ganar el valle
con su lanza arrastrada y la campana
vuelve a pasar entre la luz y el puente. 



Vuelve el mercado a empavesar la calle
con soportales. Vuelve todo y mana
el para siempre ayer eternamente.



OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Epitafio de la amada

No es, enterrada bajo sauce mudo,
piedra y silencio su presencia pura,
la encuentro en alas de tu voz segura
de vida y muerte en amoroso nudo.



Su luz erige tu clamor agudo
y en él anida su feliz ternura,
puebla del gozo la florida altura
y de los llantos el vergel desnudo.



Todo tu verbo de su pulso nace,
toda tu tierra se estremece y vive
de ser la tierra en que su forma yace.



Tu ser cumplido de su ayer recibe
este balido que en sus labios pace
hierba presente que el mañana escribe.


OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO



Nostalgia del primer amor

Tu soledad de nieve reclinada,
virginal y sencilla, en mi memoria,
como agua fiel de fatigada noria
viene a regar mi voz enamorada.



¡Cómo recrea el alma sosegada
la penumbra y dulzor de aquella historia
con resplandores de tardía gloria
entre abejas y frutos constelada!



¡Oh, delicada llama, ardor primero
velado en llanto y celestial mirada,
par del trino, la fuente y la azucena!



Mírame combatido y prisionero
volver a tu ilusión breve y tronchada
como un temblor en la desierta arena.



OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Memoria
 
 Y resbaló el amor estremecido
por las mudas orillas de tu ausencia.
La noche se hizo cuerpo de tu esencia
y el campo abierto se plegó vencido.



Un ayer de tus labios en mi oído,
una huella sonora, una cadencia,
hizo flor de latidos tu presencia
en el último borde del olvido.



Viniste sobre un aire de amapolas.
Como suspiros estallando rojos,
bajo el ardor de las estrellas plenas,



los labios avanzaron como olas.
Y sumiso en el sueño de tus ojos
murió el dolor en las floridas venas.


OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

A un pino

Pino esbelto y tranquilo,
soledad de la tarde,
tan concreto en la libre
desolación del aire,
tan alto cuando todo
se confunde y abate
y huye el sol a tu copa
tibio y agonizante. 



Cómo me fortalece
la paz de tu combate,
ascensión sin fatiga,
raíz honda y constante. 



Tu majestad envuelve
el cielo sin celaje
y en tu recio sosiego
la tierra se complace. 



Mis ojos educados
en tu sediento mástil
ascienden y divisan
la soledad más ágil,
mientras sueña el silencio
sin astros y sin aves
como el solo decoro
de tu verde ramaje. 



Pino esbelto y tranquilo,
tu soledad te guarde,
y consagre la mía
desunida y errante,
segada de su tierra,
extraña de su aire,
cuando aún es oro virgen
la cumbre de la tarde
y tú clamas e invocas
el tiempo de mi carne
y otro vuelo sin tiempo
que se sueña y se hace..




 

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