¿Donde está la coherencia?

Recuerdo, que en mi adolescencia, en las tabernas de un pueblo de Andalucía, donde se reunían los obreros al atardecer, después de la jornada de trabajo, a tomar unas copas de manzanilla, había unos letreros gandes, bien visibles que decían "PROHIBIDO CANTAR".
Esto, que duda cabe, sucedía, en aquellos años de triste memoria, de la dictadura franquista, que lo prohibía todo, y teníamos que viajar al exterior para comprar libros, o ver películas.
Ahora disfrutamos de una democracia avanzada, pero lamentablemente, persisten algunos tics. Los aficionados taurinos de Cataluña, que son muchos, tendrán que viajar a otras provincias, para asistir a corridas de toros.
¡Que penita y que dolor!
Escrito en Fuerteventura por Gregorio García Alcalá
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