No a la prohibición de las corridas de toros

Se aduce el sufrimiento al que se somete a los animales como argumento.
Pienso cuando el barco saca la red del mar repleta de peces plateados que saltan sin parar en una larga agonía.
Las gallinas sufren todo el tiempo alojadas en minúsculas jaulas, con luz artificial las veinticuatro horas, comiendo y poniendo huevos sin parar hasta quedar extenuadas.
Los toros que son sacrificados en el matadero no creo yo que se estén divirtiendo. El toro de lidia termina en la carnicería, como el del matadero con la diferencia que murió luchando, atacando y defendiéndose. Al toro del matadero lo matan cobardemente.
Dejen que se sigan celebrando las corridas de toros y quien se sienta molesto que no vaya a verla.
Las corridas de toros existirán mientras haya público que llenen las plazas.
Si se prohiben, habría también que prohibir las cacerías como deporte y divertimento.
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